La irrupción de nuevas tecnologías en el terreno educativo es un tema de gran importancia al que sin embargo, y a mi parecer, no se le ha otorgado los espacios necesarios de modo que se convierta en un tema para debatir entre la opinión pública. Como tantos otros casos, este pasa a ser discutido en grupos reducidos que finalmente son quienes deciden qué y cómo educar a los chilenos. Porque si estamos hablando de lo pedagógico y lo laboral del asunto, ¿no deberían entonces estar incluidos como protagonistas del debate padres, apoderados, estudiantes y profesores? Quizá algunos sí lo estén, pero seamos francos, son elites minoritarias.
En fin, otro tirón de orejas para, entre otros, quienes manejan los poderes fácticos del país. Entre ellos los medios de comunicación masiva, los cuales, teniendo el poder para poner sobre la palestra pública estos temas, no lo hacen. Y aquí podríamos comenzar un interesante análisis, aunque un poco trillado, sobre por qué no lo hacen. Pero esa ya es harina de otro costal.
Sin embargo antes de entrar en tierra derecha, debo decir que el tema central del trabajo, nuevas tecnologías en la educación, puede llegar a ser un tanto ambicioso y soberbio considerando la insoslayable brecha tecnológica en Chile. Quiero decir que pretendemos discutir sobre cursos por internet cuando sólo un 10,2% de la población más humilde tiene acceso a la red. (1) ¿Será ésta la manera más adecuada de avanzar hacia el desarrollo?
Pero dejando de lado las utopías comunistas de que las decisiones sobre la educación las discuta el pueblo…Vamos a lo que nos convoca.
(1) “Cultura y tiempo libre” Informe anual 2005. Instituto Nacional de Estadísticas. Chile.
(sigue más abajo. son 4 partes)